Los propietarios de una empresa familiar tienen los mismos derechos que los accionistas de cualquier empresa, pero ciertas particularidades. Como explica Josep Tàpies, titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE, en esta entrevista, la combinación de lo mercantil y lo familiar da lugar a 6 tipologías de accionistas en las empresas familiares.

El accionista pasivo se conforma con recibir un mínimo de información y su dividendo anual. El accionista activo entiende el proyecto empresarial y puede actuar como guía de las personas que están en tareas de gobierno.

El accionista en tareas de gobierno, además de tener su participación en el capital, participa en el consejo de administración como consejero dominical. Cuando la empresa familiar está profesionalizada, los accionistas en tareas de gestión “suelen ser un riesgo”, señala el profesor Tàpies.

Los dos últimos tipos de accionistas son los que tienen una relación más estrecha con la empresa familiar. El accionista con orgullo de pertenencia, más allá de las acciones, se siente parte de un proyecto. Y el accionista comprometido,  además de tener un sentido de pertenencia muy desarrollado, está muy comprometido con el proyecto empresarial y está dispuesto a involucrarse en los órganos de gobierno.