Un accionista formado es una persona que entiende la compañía en términos de propiedad, gobierno y gestión, pues “sin este conocimiento difícilmente podrá hacer aportaciones de valor”. Así lo explica Josep Tàpies, titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE, en esta entrevista.

Este tipo de accionista, añade, se preocupa de conocer bien el genograma de la familia y las necesidades de cada una de las familias que lo componen.

Además, el accionista formado se preocupa de tener una red de profesionales de confianza a los que acudir cuando tiene que tomar decisiones relacionadas con su patrimonio y con la vida de la empresa. “Es una persona que busca aportar sus capacidades y habilidades para contribuir a la empresa familiar”, según el profesor Tàpies.